A algunos se les ha olvidado pero en los años sesenta, más de dos millones de personas salieron de España empujados por la necesidad, la mitad de ellos sin contrato de trabajo y el 80 % analfabetos. El documental “El tren de la memoria” de Marta Arribas y Ana Pérez recoge de manera magistral este drama. En lo años 60 y principios de los 70, se encontraba un español en casi todas las poblaciones de media Europa. La película Un franco, 14 pesetas de Carlos Iglesias (2006) recuerda pasajes de la historia española que tienden a olvidarse fácilmente y homenajea a aquellas personas que viajaban con la ilusión y la esperanza de conseguir lo que habían oído de otros: que en el extranjero había cosas maravillosas, tecnologías inimaginables, y sobre todo salarios increíbles por el mismo trabajo que realizaban en su país.
En los 70, 85.000 trabajadores se desplazaban cada temporada para la recogida de la uva francesa. Esta temporada se han desplazado 14.000 españoles, fundamentalmente andaluces, valencianos, murcianos y manchegos.
En los 70, 85.000 trabajadores se desplazaban cada temporada para la recogida de la uva francesa. Esta temporada se han desplazado 14.000 españoles, fundamentalmente andaluces, valencianos, murcianos y manchegos.
En nuestros días, "Emigrar es la única opción (o la mejor) que han encontrado miles de jóvenes azotados por la crisis". Así lo revela el interesante reportaje publicado en el País "El emigrante perfecto es español". Un estudio que hizo Adecco la pasada primavera señala que la mayoría de los emigrantes españoles son hombres jóvenes "altamente cualificados". Al prototipo de investigadores, científicos o jóvenes de la rama sanitaria, se le añaden ahora otras profesiones, normalmente técnicas, como ingenieros, arquitectos o informáticos, que han perdido su empleo en España o consideran que su trabajo será mejor valorado fuera".
La otra cara
El fenómeno de la inmigración en España ha existido siempre. Como mencioné en una entrada anterior, Hasta los noventa, la mayoría de los inmigrantes que venían a España procedían de países “ricos”como Inglaterra, los países escandinavos, Francia o Alemania. Estos europeos acudían, en muchos casos, para disfrutar de su jubilación o como mano de obra altamente cualificada. A finales del siglo XX el fenómeno migratorio en España sufrió cambios evidentes: un crecimiento sin precedentes en el número de inmigrantes extracomunitarios que acuden en busca de trabajo y un aumento de forma considerable de su diversidad. Ya no eran personas que procedían mayoritariamente de la Unión Europea, como ocurría en el último tercio del siglo, sino que su origen se situaba en dos terceras partes en alguno de los tres continentes menos desarrollados (África, Asia y América del Sur).
La otra cara
El fenómeno de la inmigración en España ha existido siempre. Como mencioné en una entrada anterior, Hasta los noventa, la mayoría de los inmigrantes que venían a España procedían de países “ricos”como Inglaterra, los países escandinavos, Francia o Alemania. Estos europeos acudían, en muchos casos, para disfrutar de su jubilación o como mano de obra altamente cualificada. A finales del siglo XX el fenómeno migratorio en España sufrió cambios evidentes: un crecimiento sin precedentes en el número de inmigrantes extracomunitarios que acuden en busca de trabajo y un aumento de forma considerable de su diversidad. Ya no eran personas que procedían mayoritariamente de la Unión Europea, como ocurría en el último tercio del siglo, sino que su origen se situaba en dos terceras partes en alguno de los tres continentes menos desarrollados (África, Asia y América del Sur).
En la actualidad, aunque la crisis económica generalizada de los dos últimos años está modificando los movimientos migratorios y en cierta medida frenándolos, España continúa siendo un país receptor de trabajadores extranjeros. En el libro Las múltiples caras de la inmigración en España (imprescindible para todos los interesados en el tema) destacados sociólogos y demógrafos examinan las principales comunidades de inmigrantes que viven en el país y hacen balance del fenómeno de la inmigración.
Una de las consecuencias de estos movimientos migratorios es la incorporación anualmente de estudiantes procedentes de distintos países a nuestros centros educativos. Las aulas de muchos centros educativos españoles se han convertido en un rico, pero complejo, mosaico lingüístico-cultural y es frecuente que los profesionales de la enseñanza tengan que enfrentarse a la labor de atender a alumnado inmigrante sin haber recibido ningún tipo de formación específica para ello. En la red existen numerosos Recursos web para la atención a alumnado inmigrante en centros de ES e interesantes iniciativas como SaiSurMadrid.
Para saber más:
Monográfico Integración de inmigrantes. Revista EroskiPara saber más:
La atención al alumnado inmigrante en el sistema educativo en España
Fuentes:
Pepe, vámonos "pá Francia a la uva"
La mitad de los emigrantes españoles se fueron sin contrato de trabajo
ResponderEliminarExcelente post Silvia. La contracara de èsto ha sucedido en Barajas èsta semana.
Beto
Gracias por el libro.
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ResponderEliminarY recordar también que mucho antes de los años 60, antes, durante, y después de la Segunda Guerra Mundial, hubo mucha emigración española hacia América del Sur.
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